Imagen de Internet
-Hola, guapi, ¿cómo estás?
-Bien, bonita. ¿Y tú?
-Pues aquí, llamándote. Quisiera poder verte y que me aconsejaras...
-¿Va todo bien?
-No. No va nada bien.
-Pues no te alborotes, relájate y piensa que lo único irremediable es la muerte. Esta tarde a las cinco nos vemos dónde siempre. Un besazo, cuídate...
Una vez colgado el teléfono y con voz flojita y emocionada murmuró: -Qué suerte el tener una amiga cómo tú... Verónica O.M. |